19.10.10
Cuentos para no dormir I
Con esta llegaba a tres,
o cuatro noches en vela.
Los remedios de la abuela
con leche tibia y jerez,
no funcionan esta vez
y ella sigue despierta,
esperando que a su puerta
toque su hombre soñado,
el príncipe que ha esperado
y que su boda sea cierta.
Él se ha dormido temprano
y no piensa en su futuro,
cree que es muy prematuro
que antes de llegar a anciano,
arrugarse y estar cano,
se interponga un matrimonio;
le teme mas que al demonio,
y al menos hasta el momento
solterito cuenta el cuento,
grita y da su testimonio.
Pero la vida es compleja,
y aunque él no se lo espera
llegará el fin de una era...
No hay nada que lo resguarde,
ahora es demasiado tarde,
y el destino es divertido:
manteniendo su apellido
duerme ella toda la noche,
pues él se marchó en su coche
y ella sigue sin marido.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario